Bueno, la idea de los profesores Andrés Clark y la doctora Orsolya Lelkes está bien, los que opinan acerca de su trabajo de investigación sin haberlo leído siquiera están mal. En este artículo se lo explicó bastante bien, los encuestadores concluyeron que los creyentes se sienten más felices, (la mayor parte del tiempo no con mayor intensidad) ya que se sienten como niños con padres amorosos, cuidadosos a diferencia de los ateos que se identifican con hijos independientes que se deben hacer responsables de todo los que les pase.
Los creyentes piensan que si algo está fuera de su control y los lastima sufrieron el mal menor previsto por su padre divino, y los ateos se detienen más tiempo en pensar como fue que llegaron a provocar eso.
Piensen quien puede ser considerado por un tercero más feliz, un niño que cree que sus padres lo cuidan o un niño que sabe que debe sobrevivir por su cuenta.
Ambos son niños y se comportan como niños, tienen sus limitaciones físicas e intelectuales y se divierten cada ves que pueden, pero al sufrir un accidente, Quien se aflige más y quien se siente aliviado al pensar que va a ser socorrido?
eso es lo que concluyeron los encuestadores.
en situaciones estables y favorables todos disfrutan por igual, sienten la misma alegría al compartir con amigos o hacer las cosas que les gusta, la encuesta menciona la diferencia en tiempos difíciles.
